“Todo terreno para la política, un símbolo, Monarquía en Cataluña, millones de catalanes decidimos no mirar, has querido defender a tu familia, soy el puto Pujol a mí no me va pasar nada”, son sólo algunas de las afirmaciones que se pueden ver en los primeros dos minutos. Esta serie documental de HBO Max dirigido por David Trueba, ahonda en la historia de Jordi Pujol desde su nacimiento y crecimiento en esa Cataluña franquista hasta su caída en desgracia por sus escándalos familiares.
Empieza con una visión idílica de la familia Pujol, como si de un biopic se tratara, a través del testimonio mirando a cámara de personas muy cercanas: de familiares a amigos, de políticos a periodistas que se han ido cruzando por el camino de Jordi Pujol. Llama mucho la atención la gran variedad que va desde Felipe González a Jose María Aznar, pasando incluso por uno de sus hijos y sus mas estrechos colaboradores dirigiendo la Generalitat.
Se desgrana los detalles más íntimos de la familia: desde su nacimiento al sentimiento catalán, a su noviazgo con Marta Ferrusola, a la que deja claro que “mi primera mujer es Cataluña y después tú”. El nacimiento de la “derecha antifranquista” con Jordi Pujol activista a la cabeza y su juicio con posterior encarcelamiento que le convirtió en un símbolo adquiriendo notoriedad, enfrentándose a Franco. Pero apenas ejerce de padre incluso tras su posterior salida de la cárcel, apenas ejerce de marido, porque Pujol “tenía la tarea suprema de cuidar a Cataluña.” De hecho su hijo Josep hablará con detalle de la no homogeneidad de las familias numerosas y en particular de la suya.
Pero la radiografía personal y familiar pronto pasa a la política. Hasta la muerte de Franco él estuvo haciendo “país, porque la política estaba vedada”, comprando bancos, revistas y convirtiéndolas en catalanas con la ayuda de su padre. Hasta el 74 “yo hago país, no hago política.” Luego fundó su partido político y “pueblecito a pueblecito conecta con todos los alcaldes franquistas y se los trae”.
Toda esta narración está muy bien hilada por Trueba, mezclando imágenes de archivo, documentando todas las declaraciones y provocando, ayudado por la banda sonora, una narración dinámica y entretenida. Pasa fácilmente del cotilleo más propio del corazón, ahondando en detalles personales, a la crónica política e histórica.
En resumen
Pese a la larga duración de sus cuatro episodios, rozando los 50 minutos, cada uno termina con un buen cebo para incentivar el visionado del siguiente. Veremos la historia de los últimos 60 años de España y Cataluña a través de la figura de un hombre pequeñito que siempre tuvo claro lo que que quería y parece que se sacrificó en última instancia por su familia. Un documento histórico imprescindible para clarificar como hemos llegado a la situación actual.