A los hermanos Russo los conocimos y vimos su potencial para dirigir películas de acción hace ya ocho años cuando ficharon por Marvel Studios y rodaron «Capitán América: El Soldado de invierno». Ahí demostraron a propios y a extraños que no sólo estaban muy capacitados para ello (es una de las películas más valoradas del UCM), sino que su manejo del ritmo, de la acción y de los personajes los llevó a ser elegidos para ese fin de fiesta del UCM que supusieron «Infinity War» y «Endgame». Películas que consiguieron el aplauso prácticamente unánime de crítica y público. Convirtiéndoles en unos directores a seguir para cualquiera que sea amante del cine de acción y de evasión.
En esta ocasión, los hermanos vuelven a ponerse delante de un blockbuster de alto presupuesto para realizar El agente invisible. Una cinta que llegó a los cines españoles en un preestreno limitado de Netflix el pasado 15 de julio (más que recomendable haberla en cines si podéis) y que aparece en la plataforma norteamericana este veintidós de Julio para todos sus abonados.

La película trata sobre un agente secreto manejado por la CIA y llamado Sierra Seis, al que da vida Ryan Gosling, que se dedica a dar caza y matar a los criminales que le ordenan y que forma parte de una unidad de nombre homónimo cuyo trabajo siempre es encubierto (un estilo a los agentes de la unidad de Jason Bourne). Un buen día, todo se da la vuelta y nuestro protagonista pasa de cazador a presa tras descubrir cierta información sobre uno de sus superiores que no debería tener.
A partir de aquí, la cinta se vuelve un espectáculo de acción desenfrenada, disparos, muertos, violencia explícita, peleas de artes marciales muy bien coreografiadas, traiciones y alianzas. Todo ello funcionando como un disparo y siendo tremendamente entretenido consiguiendo (o al menos conmigo lo consiguió) ser un divertimento de primer orden para los fans del género.
Huelga decir que se nota que los directores se están divirtiendo. Y mediante el uso de drones y distintos tipos de cámaras aéreas nos dan algunas imágenes potentísimas que nos permiten ver la acción desde casi cada ángulo. Todo ello aderezado con un reparto de campanillas donde al propio Gosling se unen la fantástica Ana de Armas (que vuelve a demostrar que como «Action-Woman» cumple más que de sobra y merece encabezar un proyecto de este estilo de una vez. Ella es la MVP de la cinta) y un Chris Evans completamente desatado dando vida a un psicópata loquísimo que aporta, al mismo tiempo, dosis de intimidación y momentos humorísticos tremendamente divertidos. Evans está tan desatado que es difícil reconocerle en un papel tan distinto a los que suele realizar normalmente.
Por último, comentar que si alguien está esperando una sesuda película de espías con intrincadas tramas super complejas es mejor que rebaje sus expectativas y/o se baje del barco. Aquí no hay nada de todo eso. Lo único que tenemos aquí es un entretenimiento sencillo, funcional y efectista y cómo tal debemos juzgar a esta película. No pretende ser más de lo que es y, en ocasiones, eso es más que suficiente. Recomendable.