Desde que Hitchcock hiciera la maravillosa “La ventana indiscreta” -la tenéis disponible en Filmin en España- hace ya casi setenta años hemos ido teniendo, cada cierto tiempo, una de esas películas que a mi me gusta llamarles “Voyeur” ya que, desde su premisa, están centradas en personajes que vigilan a otros por la ventana de su casa o que son vigilados desde fuera por esas mismas ventanas.
Últimamente hemos tenido algunos ejemplos como Disturbia -que estaba mucho más metida en el terror, aunque con su toque adolescente- o La mujer en la ventana que nos llegó hace un par de años de la mano de Netflix -con Amy Adams a la cabeza de un muy buen reparto- y que, probablemente, es la que más se parezca a la película que nos atañe hoy.
Y es que, El extraño -que llegó a nuestros cines el pasado 17 de marzo- es una extraña -valga la redundancia- mezcolanza entre La mujer en la ventana y la corriente social tan popular hace algún tiempo en las redes sociales españolas del #Yositecreo. En referencia, por si hay algún despistado, a apoyar a las víctimas de violencia que son, en ocasiones, criminalizadas y juzgadas por la sociedad más, incluso, que a los propios criminales.
El extraño, que parte de la premisa de una chica que se muda con su novio a Rumania -país del que no conoce ni el idioma- y donde, al poco de aterrizar, se da cuenta de que hay un extraño en el piso de enfrente que siempre la está observando. Esto que uno pensaría que podría solucionarse con unas cortinas -que son puestas cuando ya llevamos bastantes días dentro de la cronología de la película- y pasando del tema, acaba por volverse algo mucho más complicado y peligroso cuando ella empieza a notar que también es observada cuando sale sola a comprar, o va al cine.
A partir de lo anterior arrancan dos temáticas que claramente van a dominar todo el metraje. La primera es el mero terror y sus claves visuales y argumentales. La cinta juega tanto con lo que vemos, como con lo que deja fuera de plano -además de con la música y la propia ambientación- para ir generando, poco a poco, esa sensación de que algo no está bien. Y de que la amenaza latente puede estar en cualquier lado. Ruidos, golpes, miradas y alguna que otra persecución hacen de esta parte funcional en lo que a recursos del género se refiere, pero que peca en la parte del guion de una evidente falta de pulido. Hay momentos que pecan de absolutamente previsibles y otros que no te acabas de creer porque no se sustentan a la que haces un análisis lógico de lo ocurrido. Tengo la sensación, pensando en la película después de unos días, de que se le podría haber dedicado algo más de tiempo a pulir defectos y conseguir ser más solvente en estos aspectos.
En cualquier caso, creo que a la directora y guionista le importaba mucho más la parte de denuncia social. Y es que, si algo hace especialmente bien -y es, a la postre, un valor diferencial en este tipo de productos- es meterte en la piel de su protagonista y sentir, como siente ella, que nadie la cree. La protagonista no duda en denunciar los hechos al poco de arrancar la película. Y tanto su pareja -que es un personaje sumamente odioso y estúpido, dicho sea de paso- como el resto de personas con las que interactúa siempre tienen esa tendencia del “no será para tanto”, “eso es el estrés por el cambio de país” y similares. Consiguiendo, a la postre, que Maika cada vez se sienta más sola y aislada. La actriz, además, realiza un excelente trabajo sustentando en sus hombros todo el peso de la cinta y transmitiendo, en muchas ocasiones sin diálogos, su absoluto cansancio y sensación de soledad.
En definitiva
Más allá de esto, no hay mucho más que decir. Creo que la película tiene algunos giros buenos, que no desvelaré aquí por no hacer spoiler, que pueden sorprender al espectador. Además de que el hecho de tratar temáticas tan acordes a los tiempos que vivimos le da ese plus extra a su visionado que puede resultar francamente gratificante para los que, además de una película de terror -o de tensión- busquen un poco de moraleja en la historia que nos están contando aquí. Seguramente sea una película mejorable en algunos puntos muy concretos, pero creo que también es suficientemente disfrutable como para que esos puntos queden en un segundo plano.